¿Te encuentras preocupado por la situación financiera de tu empresa, por la reacción de tus proveedores y clientes al ser comunicados de esta situación? Tranquilo, no eres el único ni estás sólo, la nueva ley te ofrece soluciones.

En el pasado, cuando una empresa se encontraba en situación de insolvencia, el concurso era inevitable. No solo se debía presentar concurso, sino que se intervenía externamente la empresa y se comunicaba públicamente la situación a proveedores y clientes, generando preocupación y desconfianza en el mercado. Sin embargo, la nueva ley ha introducido cambios significativos que benefician a las empresas en dificultades financieras. Aquí te mostramos las principales diferencias:

1- Intervención temprana: La nueva ley contempla la insolvencia actual (presente), inminente (próxima en el tiempo) y probable (a 2 años vista). Esto fomenta la intervención temprana permitiendo a las empresas tomar medidas preventivas antes de llegar a una situación crítica.

2- Flexibilidad en los acuerdos: La nueva ley concursal proporciona mayor flexibilidad en la negociación de acuerdos con acreedores, permitiendo reestructurar la deuda de manera más favorable para la empresa y evitando así la liquidación.

3- Proceso más ágil: Se han agilizado los plazos y procedimientos del proceso concursal, lo que permite una resolución más rápida y eficiente de los casos, brindando a las empresas una mayor oportunidad de recuperación.

4- Autonomía empresarial: En lugar de la intervención de un administrador concursal, la nueva ley prevé la figura del experto en reestructuraciones financieras, elegido por la propia empresa y refrendado por el Juez. El experto en reestructuraciones juega un papel destacado, brindando asesoramiento especializado y apoyando a la empresa en la toma de decisiones. Además, se encarga de desarrollar un plan de viabilidad que se centra en la recuperación y la continuidad empresarial.

5- Privacidad empresarial: La nueva ley concursal otorga mayor confidencialidad a la empresa en situación de insolvencia, reduciendo la exposición pública y preservando la reputación empresarial. Si te encuentras en una situación de insolvencia, no estás obligado a comunicar públicamente tu situación al mercado.

Estas modificaciones en la ley concursal te brindan la oportunidad de abordar la insolvencia de manera anticipada, flexible, ágil, autónoma y discreta. Puedes trabajar en la reestructuración de tu empresa sin tener que preocuparte por el impacto negativo en la percepción del mercado ni la intervención externa. Consulta a un experto en reestructuraciones financieras para comprender cómo aprovechar al máximo estas modificaciones legislativas. ¡No estás sólo! Para recorrer este camino con nosotros pincha aquí y comienza con un diagnóstico financiero gratuito.